La mujer como ser integral.

Tu mujer, como ser humano, ser sexual, madre, profesional, emprendedora, como líder del hogar. Tu mujer como un elemento imprescindible en los procesos de cambio, solidaria, promotora de la unidad y la comprensión empática con otra mujer. ¿Por qué luchar contra nosotras mismas...?, ¿por qué competir entre mujeres, de forma negativa y a veces hasta de forma destructiva? 

La principal lucha de todo ser, es consigo mismo, con sus debilidades. No hay otra “Juana”, eres única, irrepetible, con cualidades y defectos propios, entonces es lo que se refleja en el espejo, lo que se debe de corregir, mejorar, reeducar, esculpir hasta obtener lo que deseo de mí ser.

Se trata de vivir sin quejas, de por vida, sino más bien, de ir limpiando ese saco, para que cada día pese menos, y dar lugar a nuevas vivencias, es hablar sobre lo que te afecta. A su vez plantearte estrategias de cómo poder lograrlas. Sentir lástima por ti misma es el sentimiento más autodestructivo y a su vez cobarde.
 
Pensar en el don de poder dar a luz a otro ser, debe de darte una idea, de lo especial que eres, de la naturaleza única, de la que has sido dotadas, pero al mismo tiempo de la gran responsabilidad que se te ha encargado.

Del roll humano y responsable de cada mujer dependen muchos cambios, sobre todo en  nuestra comunidad, donde la mayoría de hogares están a cargo de una mujer, cumpliendo con todas las demandas.

Por tanto, con una formación ética y moral sobre el vivir, con normas de convivencia, de tolerancia, de perseverancia, pero más que nada con un “patrón de vida” que les permita ser líderes de su propio estilo de vida,  donde la esencia del ser es fundamental y básico, la persona como lo más importante dentro de todos los elementos de la naturaleza, donde no se contradice.

Aunque suene a novelas, no lo es, simplemente, el dejar que la vida pase, como hojarasca movida por el soplo del aire, lleva a una vida sin sentido, superficial, sin metas, llena de conformismo, posiciones cómodas, en su mayoría insanas, por miedo al dolor, que lo cambios producen pero más que nada a las exigencias de las que se requieren.

Antes de ser mujer también, eres un ser humano que juegas un papel tan determinante, es urgente que te des tu tiempo, tú espacio y que exijas lo que deseas recibir, en especial a tus seres queridos. Reconocer que también ameritas afecto, ser atendida, recibir de forma recíproca. Tus hijos/as te necesitan pero sana y contenta, y a ellos no se le debe dar todo en las manos, en un hogar, todos deben cumplir y apoyar las diferentes actividades.

Tu pareja ¿Da lo que deseas y necesitas? Entonces por qué seguir con el silencio, porqué callar tanto maltrato, sobre todo ese que tanto duele. Que te vea como un robot, un objeto más del hogar, alguien que siempre está disponible sin tomar en cuenta tu cansancio, la monotonía, se le olvidó que también tienes deseos y formas propias para hacerte gozar, necesitas ser amada, tocada sin prisa, con romance, esmero y sensibilidad. Que también gozas de la sexualidad y que no se reduce a un sólo aspecto u órgano

No es lo que está fuera de ti lo que te esclaviza, te maneja o te manipula; es tu equilibrio en tu mundo interior que permite romper con cualquier tipo de cadenas, con ese silencio mortal que paraliza tu vida.

Si cambias, también tu entorno lo hace, lucha por conseguir el equilibrio de tu ser integral, que todo lo que realices te haga sentir plena y bien contigo misma.